No soy de esos que comparan jugadores, no me gusta comparar a Cristiano con Messi, ni a Messi con Maradona, mucho menos a Pelé con Ronaldo (el gordito), ni a Pelé con Di Stéfano, pero habiendo visto muchos partidos de todos los mencionados, puedo concluir una cosa. Di Stéfano quizá no es el mejor de la historia, desde el punto de vista de la calidad técnica quizá no era el mejor de su equipo (Puskas y Gento tenían una calidad notable), pero si creo que ha sido el más completo de la historia.
Don Alfredo corría por todo el campo, marcaba goles, asistía a sus compañeros, defendía en su propia área, organizaba el juego desde la medular, mandaba a sus compañeros, los organizaba. Según comentan quienes lo conocen, fue un auténtico líder dentro y fuera del campo; todo un ejemplo al que sólo le faltó jugar en una época en la que los juegos se televisaran en todos los rincones del mundo.
Di Stéfano nació en el barrio de Barracas, Buenos Aires el 4 de julio de 1926. Sus padres, inmigrantes italianos, le inculcaron al pequeño Alfredo el amor por el fútbol. Con tan solo diez años fundó el club infantil "Unidos y Venceremos" junto a sus amigos del Barrio de Barracas, y con su equipo ya comenzaba a deleitar a sus vecinos, pues su fútbol ya sobresalía del común; lo llamaban "Millenita", comparándolo con el gran mediocentro del River, Millena.
El primer cuadro de Di Stéfano fue con River (obviamente se rescindió), le pagaban dos pesos argentinos por partidos, pues era lo que ganaba un futbolista de cuarta división B, aunque duró muy poco en la mencionada categoría, pues rápidamente supo hacerse un espacio en el cuadro grande de River Plate, a los 17 años Huracán le ofreció un contrato más lucrativo, razón por la cual jugó con dicho club por un año, luego regresó a River, pero por problemas económicos del club tuvo que emigrar a Colombia, donde jugaría con el club Millonarios de Bogotá, equipo que practicaba un fútbol de tan alta jerarquía que en el mundo se dio a conocer como "El Ballet Azul".
En 1952 Don Alfredo era mundialmente famoso, y los colosos del fútbol mundial, Real Madrid y Barcelona iniciaron una puja por su fichaje. Ha sido uno de los casos más curiosos en la historia del fútbol, pues ambos clubes lograron hacerse con sus servicios, uno lo compró al River Plate, y el otro a Millonarios, pusto que el jugador pertenecía a ambos equipos. La Federación Española resolvió que el argentino se alternara, jugando un año con cada equipo, decisión con la que no estuvo de acuerdo el Barcelona, que renunció a sus derechos.
La llegada de Di Stéfano al Real Madrid le dio al club blanco un plus de categoría inigualable, con sus aportes el Madrid lograría ganar 5 Copas de Europa de forma consecutiva, ocho Ligas de España, una Copa Intercontinental, y una Copa del Generalísimo; en los años 57 y 59 recibió el Balón de Oro. En 1956 se nacionalizó español, jugando 31 partidos con "La Roja", aunque nunca pudo jugar en un mundial, pues en ocasión al mundial del 62 una lesión impidió que lo disputara.
En 1964 Di Stéfano abandonó las filas del Real Madrid y se enroló en el Espanyol de Barcelona, donde jugó una sola temporada, posteriormente el 7 de junio de 1967, el Santiago Bernabéu se abarrotaría para despedirlo en un partido contra el Celtic, día triste para el fútbol.
Decálogo Magistral |
1. Tener la “semilla” del fútbol dentro de uno desde niño, y acrecentarla día a día, mes a mes, año a año... 2. El fútbol es práctica permanente. Hay que tener contacto con el balón en todos los momentos, por sobre todas las cosas. 3. Para llegar a “crack” se debe tener alegría, ilusión, fe en uno mismo, mentalidad ganadora. Pero también es importante saber perder para sacar conclusiones serenas, que sirvan para corregir errores. 4. Gran preparación física. Exigida y estimulada por uno mismo, sin necesidad que el entrenador se lo deba machacar a diario. Y trabajar sobremanera en velocidad y reacción. 5. Jugar para el equipo. 6. Ser compañero y amigo de todos los integrantes del plantel. 7. Buscar el gol por el camino más corto. 8. Ser práctico, pero también pícaro, porque el fútbol es picardía. 9. Cabeza fría, corazón caliente, una máxima que lo dice todo. 10. Uno debe pensar que es deportista y para triunfar debe cuidarse. La vida privada es tan fundamental como la deportiva. Ahí está la clave del futuro. Alfredo Di Stéfano. |
Leonardo Novoa
Sígueme en Twitter: @LeonardoN_Sport
No hay comentarios:
Publicar un comentario